Tras ser gravemente herido en el frente por un proyectil de artillería, el soldado Joseph Bonham (Timothy Bottoms) es trasladado a un hospital de campaña. Pese a haber sobrevivido a la explosión, Joe ha quedado terriblemente mutilado y aparentemente en estado vegetativo, por que los médicos deciden usarlo como un caso de estudio clínico vivo, sin saber que aun es consciente de lo que ocurre a su alrededor. Ya en el hospital de retaguardia, Joe rememorará su vida anterior a la guerra, a la vez que experimentará la angustia de ser prácticamente un muerto en vida.
En 1939, el guionista y escritor norteamericano de ideología comunista, Dalton Trumbo escribió una novela de temática antibelicista, basada en un hecho real acaecido en la I GM, titulada Johny got his gun que suponía una feroz y ácida crítica al militarismo que había conducido a las potencias mundiales a enfrentarse en la Gran Guerra. Tres décadas después, tras haber sufrido durante varios años la persecución de “La Caza de brujas” del senador McCarthy, y haber sido proscrito en Hollywood por causa de su ideología comunista, Trumbo decidió llevar al cine la adaptación de su propia novela. En un principio Trumbo consideró la opción de confiar en el español Luis Buñuel para dirigirla, pero finalmente decidió encargarse él mismo de la dirección del film. Al final la participación de Buñuel se redujo a su colaboración, de forma no acreditada, en el diseño visual de algunas de las escenas de contenido onírico del film.
Entrando a valorar la calidad de este, la verdad es que me parece una película irregular y que no ha envejecido del todo bien. Lo mejor de la película radica en su sobrecogedor arranque, que nos cuenta, sin mostrarlo explícitamente, las terribles heridas sufridas por el protagonista, su agobiante recuperación de la consciencia y como cae en la cuenta del horror que le produce su incomunicación con el mundo exterior. Sin embargo, tras ese contundente arranque, por momentos estremecedor, la película pierde pulso al derivar en varios flashbacks un tanto insustanciales, que a su vez son aderezados con una serie de pretenciosas escenas oníricas demasiado efectistas para mi gusto, y que en su mayor parte aportan poco a la historia.
Lo mejor del film son, de lejos, las escenas que transcurren en el hospital y en las que el protagonista reflexiona sobre el horror de la guerra, la dignidad de la vida humana, la eutanasia…etc. En el resto de escenas que se desarrollan en la época anterior a la guerra, eché en falta algo más de concisión narrativa y precisión en los diálogos, porque la verdad es que son escenas que resultan más bien reiterativas e incluso insípidas en algunos momentos. Es una pena que no se pulieran más esos aspectos del guión porque entonces sí que podría haberse conseguido una auténtica obra maestra antibelicista.
Vista en retrospectiva no puede negarse que “Johny cogió su fusil” fue una película rompedora, pero también con un importante componente coyuntural, marcado por el fuerte sentimiento antibelicista que surgió en la sociedad norteamericana de la época, como reacción colectiva frente a los horrores del conflicto de Vietnam. Pese a que aun hoy dia sigue resultando una película impactante, y pese a que su visionado mueve a la reflexión, en conjunto me parece que estuvo en su momento un tanto sobrevalorada y dista mucho de ser redonda. En cualquier caso, hay que reconocer que es uno de esos films que hay que ver al menos una vez.
Calificación: 6,5/10